miércoles

INFANTE ROMANILLOS

                                                                        1877-1881


                                                                              2000

Siempre he querido volar y a vista de pájaro entender la tierra que habitamos.
Y los mapas me llevaban y los libros me enseñaban y mi abuelo me contaba,que la tierra que pisaba estaba llena de batallas.
Y de niño, sin saberlo, con las balas encontradas en las cuevas y echadas a la hoguera, jugábamos a la guerra de¨Birmania¨, la tele nos enseñaba.








Anselmo,mi abuelo.
 Sin el todo esto no
estaría ocurriendo.





Existían cerca de Romanillos, en el barranco Bramudos,unas cuevas de la guerra conocidas como del Champiñón. Las cultivaba Gregorio, que recogía la basura en Majadahonda, con la que hacia el mejor compost. Y en las no utilizadas, cogíamos murciélagos y balas que aun estaban allí guardadas.
Los viejos del lugar se acordarán de ¨Grego¨el del camión.



Resto de una posición defensiva cerca del Barranco Bramudo.Majadahonda.


Yo vivía cerca de Cabeza Manilla,próximo al vértice del mismo nombre, en la linde Boadilla – Majadahonda.
A menudo salíamos al campo en nuestras ¨bicis¨, otras andando a por setas guiados por Garces ; oliendo a tomillo y a jara, el aroma de mi niñez.
En una ocasión fuimos en busca de un pueblo abandonado,cuatro casa derruidas, increíble la aventura. Lanzados por una llanura, a todo pedalear entre cardos y chaparras.Rezagado con alguno mas, pudimos observar como desaparecían los mas adelantados,tragados por la tierra . Al llegar, nos los encontramos entre risas y alaridos en el fondo de una enorme zanja que no pudieron evitarla, la trinchera de la guerra no nos dejo pasar. Romanillos era duro de alcanzar. Heridos leves y bicicletas mal trechas,se arruino nuestra excursión.



Ruinas en Romanillos con el castillo del Aulencia al fondo.



Trinchera.






Romanillos.











1 comentario:

  1. Las inquietudes, los sentimientos, los proyectos... deben de encontrar salida.

    El pasado y el presente se mezclan en los pliegues de la Historia, esperando a que alguien los encuentre, los adivine, los revuelva, los interprte y los sienta.

    Como arañazos (unas veces suaves, otras fuertes),que acarician o desgarran la mente y el sentir.
    Buen comienzo. Magnífico nombre.

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