Tras los vitores y clamores de la castellana flota en los mares de Aranjuez, la Corte y Villa no para descansa ni medra en preparativos, para de su mapa florido extenderlo allende el sol. Y si ni en Poniente ni Occidente se ha de poner, al Conde de Barajas le cumple la busca de caminos que Rutas de ultramar, a la Corte den prestigio.
Se reune el de Barajas a la exida de Madrid, atravesando La Florida y otros agreste parajes, al galope del brioso corcel de vapor, con el nuevo infante de Majadahonda y Boadilla, siendo testigo el de Las Rozas, que se apresta de ultima hora en rutilante corcel.
El meteoro rutilante es vencido por un sol brillante, como hiciera en Fuente de el Cura y Nava los santos la cuarentena anterior. Los idus de Marzo nos son propicios.
El fulgor de la niebla nos desvela el muro del cortijo, donde el abispero enemigo por cientos probó fortuna, que de las mil balas, una, ya quedo a buen recaudo, entre campos arrasados y vallados los baldios.
Con el calor del fragor guerrero, los Romanillos nos enseñán del camino la vereda de empredrado puesto al cielo de homenaje al de Alba, cuyos muros aun expanta la fiereza del dogo mastín. Entre ruinas, tentaderos y ocupantes, se toma la plaza al fin, y castillos y palacios son testigos del festín.
De la trinchera de comunicación a la loma, de la loma al cerro con otra de vueltas y retornos mil, no ha habido fusil que su guinda no pusiera, que alguna bala entera por honra no se dispara y pasa a nuestra tajada, entre hierros y metralla.
Que solo tres sueltas balas cayeron en este sólo combate, pero ni el enemigo se bate ni rival allende vemos, sobre los muros de Villafranca o los dominios de Aulencia, poco a poco y con paciencia, nos espera un buen festín.
El nuevo infante agasaja, y en su cortijo bebemos y sus parajes y usos probamos, de su militar cosecha admiramos y con sus mujeres gozamos, en almuerzo sin igual.
Que es terreno que ya nuestro es, para deleite futuro y de Rutas aseguro que no se ha de librar.
Por lo que nos toca vamos y venimos por la Corte, que los del Manzanares, ya vibran por solo palpar sus terrenos, siendo el Conde en Villaverde valedor de la batalla que por los pies de Madrid, corre el agua y también la sangre, que sudor se torna en Junio si los que vengais venis con ganas; a velar armas para poderosa escuadra fletar, contra paredes de yeso y terraplenes de cristal.
Mortales el descanso acaba.J.I Bazan
viernes
ROMANILLOS 1
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